En el día de hoy, el premier británico Gordon Brown, laborista, -con él estuvo la presidente hace meses en una convención de “fuerzas progresistas”-, insistió con rechazar la protesta argentina por el inicio de las perforaciones petroleras inglesas al norte de la isla Gran Malvina, primer reserva petrolera del planeta, 14 billones de barriles, información cruzada tanto de medios sensacionalistas ingleses como de informes brindados por Lula da Silva a Cristina Fernández de Kirchner, trazando proyecciones de las reservas brasileñas descubiertas en su mar continental. Brown no dio demasiadas vueltas, abogó por un buen entendimiento y no caer en el riesgo de un enfrentamiento armado.
Directa la amenaza y la dialéctica práctica del laborista. Sobre todo cuando está más que claro que la Argentina hoy día no tiene Fuerzas Armadas, han sido desmanteladas conforme acuerdos secretos firmados entre la corona y el dúo dinámico Menem-Cavallo en Madrid, octubre 1989-febrero 1990, a los meses de asumir el riojano. Continuados a la fecha por la pareja patagónica con la mascarada de los DDHH. Argentina es el único país de la tierra que no posee elementos de disuasión para defender ni su extenso territorio ni sus riquezas naturales.
Luego, esto no es una casualidad, es un plan que se urdió a partir de la experiencia de Malvinas, en donde los británicos perdieron en una semana y media un tercio de la fuerza naval enviada, en la batalla aeronaval más importante después de la II Guerra. La segunda etapa del plan incluye la fracción del territorio nacional, tomando una patagonia despoblada y rica, riquísima, en territorios cultivables, minerales, hidrocarburos, litoral pesquero. Riquezas del primer mundo, incomparables. Fáciles de entregar por parte de un pueblo sin reservas morales, casi sin autoestima, sin reflejos, sin memoria ni pasado, narcotizado.
A ver si lo digo más claro, si es necesario los británicos van a recurrir a la fuerza para llevarse ese tesoro que supieron reconquistar a los cañonazos hace 27 años y sin cañones desde 1833. Tesoro que estuvieron a punto de perder por 48 horas, se quedaban sin municiones si había dos días más de combate, batalla que no fue presentada, habida cuenta de la franca estrategia perdedora del comandante militar argentino, Gral. Mario B. Menéndez, quien según el informe del Gral. Benjamín Rattenbach, debería haber sido fusilado junto con toda la conducción militar de la guerra. Ahí anda Menéndez ahora, dando conferencias, con la misma cara de laucha de siempre…los héroes de entonces, presos o denostados. Acá las órdenes las siguió dando Gran Bretaña, ¿qué duda cabe?.
Aún hoy la tilingeria progre sigue festejando la derrota de las tropas argentinas, condenando a la marginalidad y al suicidio a más combatientes que los caídos en combate. Inventando "megacausas" sobre violaciones a los derechos humanos de soldados estaqueados por abandonar su puesto de combate para carnear una oveja, hecho que en cualquier ejército del mundo se lo sanciona con la pena de muerte, ya que implica tanto el riesgo de la deserción, como de la traición o delación de la posición al enemigo, todo esto en un escenario de guerra.
Ignorando la denuncia del soldado tucumano Silvano Décima, del 2 de abril de 2009, cuando luego de 27 años de silencio pudo vencer el trauma y contar cómo había sido violado por oficiales y suboficiales ingleses luego de la rendición y cómo un compañero suyo, luego de violado había sido fusilado. No se ha abierto investigación alguna sobre el tema. Es más, el gobierno argentino colaboró para que un ex combatiente pudiera casarse en Malvinas, refrendando la ilegitimidad de esa boda, nula para nuestro derecho, ocurrida en un territorio usurpado. Esa es la política oficial del progresismo, desmalvinizar, desargentinizar. La entrega lisa y llana, junto con las reservas minerales de oro y plata.
Unos diez días antes de ganar las elecciones, el candidato de la derecha chilena Sebastián Piñera declaraba con una sonrisa y suelto de cuerpo, como todo lo que hace, que a él no le iba a temblar el pulso al firmar los acuerdos de cooperación entre la empresa nacional de petróleo de Chile, ENAP, y las empresas británicas que operan en Malvinas. Piñera expresa el sentir de la oligarquía chilena históricamente pro británica y de sus fuerzas armadas, ídem. En eso la oligarquía chilena y la argentina se dan la mano.
Inglaterra precisa bases continentales para mover el crudo porque en las Islas no pueden recalar buques tanques de gran calado, necesita puertos de aguas profundas, Bahía de San Jorge, en Santa Cruz, o Punta Arenas, en la región magallánica chilena. O ambos, conectados por un oleoducto de unos 450 km. De más está decir que la manipulacion mediática ya está operando para que la clase media "ilustrada" argentina le tire la mejor onda a la clase política, sean los K o la oposición, para que la explotación sea conjunta, fieles a esa mala costumbre tan mediopelo de arrodillase ante una bragueta antes de que le acaricien un poquito la cola.
Nuestras fuerzas armadas hoy día no existen. La dicotomía entre nacionales y liberales, gorilas y peronistas, azules y colorados, legalistas o insurrectos, no existen. Los cuarteles se han ido reciclando en shoppings, malls, cines, estacionamientos, o en puro baldíos, grandes y polvorientas canchas de fútbol, pajonales, pantanos. La estrategia de infiltración iniciada por la CIA y el M16 británico en las organizaciones armadas de los 70, ERP-Montoneros, más la propia locura e ineptitud de unos y otros, dió sus frutos. La derrota nacional es aplastante y absoluta. No queda otra salida que fundar otro país junto con otro ejército. De eso se trata la clave del Bicentenario. O dejar de ser, con el alto costo que ello implica; la desintegración territorial y la colombianización hacia la cual avanzamos a grandes pasos.
Hace 48 horas, el Canciller Taiana protestó “airadamente” ante la embajadora de Gran Bretaña en Argentina, Shan Morgan –se las trae con el apellido la embajadora de la Corona- . Ni amenazas, ni represalias, ni embargos a empresas británicas en Argentina, ni una reunión urgente del Unasur para tratar el tema, harto más importante que el culebrón del Zelaya bolivariano de la última hora y Honduras. Nada, la Argentina cada vez más abierta de piernas, con un pernil de cerdo en cada mano, para pasarlo bomba mientras le piden que encorve el lomo un poco más, cosa que hace entre risitas.
En el convento de Santo Domingo, de Belgrano y Defensa, descansan tanto los restos del creador de la bandera, como lucen en vitrinas interiores de las capillas laterales las banderas de los regimientos ingleses derrotados en la segunda reconquista de Buenos Aires. En las torres, permanecen incrustadas balas de cañón, munición criolla, ya que el comando de los británicos anglicanos al mando del Gral. Craufurd se había atrincherado en el convento de los dominicos españoles, convencido de que los criollos católicos no iban a atacarlo; son mudos testimonios de un pasado heroico, los porteños casi no levantan la vista cuando caminan por esa esquina, ensimismados en sus pequeñas historias, sus dramas.
El 12 de agosto de 1807, batalla por la Reconquista de Buenos Aires, los regimientos criollos y los vecinos de la ciudad en armas, derrotan a una fuerza invasora poderosísima, de 12.000 hombres. Para tener una idea de esa fuerza militar recordemos que el Ejército de los Andes sanmartiniano estaba formado por 5.000 hombres. Al mando de Santiago de Liniers y Bremond había 8.600 soldados y la ciudad, en armas.
Los criollos ganaron la guerra pero perdieron la paz, permitiendo al poco tiempo la invasión de manufactura de las hilanderías de Liverpool, las cuales en años aniquilaron a la tejeduría artesanal criolla, a los telares autóctonos. El progreso británico sostenido por una revolución industrial alimentada por niños y mujeres trabajando dos turnos sin descanso. Buenos Aires y su Aduana traicionando al interior industrial, confrontados luego en una guerra civil que los desangró durante décadas; derrota definitivamente del interior federal por la traición de Urquiza con un ejército de brasileños y mercenarios.
Si alguien necesita una buena explicación de porqué no hay una avenida 12 de agosto tan importante como la 9 de julio (por Dios, no conozco ni una cortada 12 de agosto…) no tiene que hacer mucho revisionismo para encontrar la respuesta. Ya sé que existe la calle Reconquista, tan corta como angosta, no, hablo del 12 de agosto, porque las fechas refieren a los hechos históricos. Siempre, para los “argentinos” inventados por Mitre y Sarmiento, el enemigo debía de ser España. Por eso también Mitre tergiversa la historia del genial correntino haciéndolo de bronce y sin contenidos políticos, negando el viaje del Corvo heróico, vencedor en más de 20 batallas, hasta las manos de Juan Manuel de Rosas, defensor de nuestros ríos, de nuestras costas, de la Unidad Nacional y de nuestra Soberanía.
Lo que intento trasmitir desde esta breve nota, es que un país puede reconstruirse y armarse tan rápido como lo hicieron nuestros antepasados. Sólo hace falta de almas grandes, como lo expresaba en la nota de antedata (AMIA y Deuda Externa) y la suficiente inteligencia política y sed de Patria. Lo demás son anécdotas, a veces, una buena idea y la suerte de los dados girando en el cosmos, clavando un destino. A partir de ese instánte, los pueblos suelen organizarse demasiado bien solos, su sentido práctico es ejemplar, arreando dirigencias mediocres y corruptas, colgando a los traidores de los mejores árboles y faroles.
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