Por: Zulma Escobar Gorocito
Como dijimos en otro articulo, en 1974 el rompehielos ingles “Endurance” nos anduvo visitando trayendo armas para los terroristas de la organización Montoneros (cuantos viajes hizo con ese propósito, solo Dios lo sabe). Sin embargo aquella incursión, no fue la primera ni la ultima. En otras oportunidades también recorrió aguas argentinas violando nuestra soberanía y dignidad.
En 1970 el gobierno británico le encomendó a la Universidad de Birmingham estudios sobre la posible existencia de petróleo en la zona de Malvinas, con tal objeto, y sin autorización de nuestro gobierno, el Endurance realizó entre 1971 y 1974 varias incursiones en nuestros mares. Todo eso resultó en el Informe Griffiths, del cual existirían dos versiones: una la oficial, que desde luego fue entregado a nuestro pais, en la cual no había nada conflictivo para las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido. El otro informe clasificado como secreto y confidencial fue de exclusivo conocimiento del Foreing Office (Adolfo Silenzi Stagni, “Malvinas y el Petroleo”)
Posteriormente, en marzo de 1982, Constantino Davidoff, empresario argentino dedicado al negocio de las chatarras, quien un par de años antes había adquirido instalaciones balleneras abandonadas en las Islas Georgias, tomo posesión de ellas izando bandera argentinas. A raíz de ello el Foreingn Office envió nuevamente al Endurance con a orden de arriar nuestra bandera y evitar un desembarco. Esa situación llevo a una serie de cruces entre ambos gobiernos, que como se sabe terminaron en la guerra de Malvinas.
Después de la guerra, el Endurance sirvió para alojar a los prisioneros argentinos.
El 3 de enero de 1998, este mismo barco intento amarrar en Puerto Belgrano, justo en un aniversario de la ocupación inglesa de nuestras islas en 1833; ello reavivo el sentimiento patrio de distintos sectores de la población que se resistieron a su desembarco.
Sin embargo, en marzo del 2006, gracias a la “hábil” diplomacia K, el emblemático Endurance pudo llegar a Puerto Belgrano y permanecer allí por veinte días, haciendo reparaciones.
Como se ve, este barco que es todo un símbolo del imperialismo ingles, y que desde los años 70 deambulo por nuestros mares, violando nuestra soberanía, transportando armas para la guerrilla, haciendo informes, amenazando obreros argentinos, y convertido en prisión de nuestros soldados; pudo seguir cumpliendo sus servicios coloniales con la anuencia de quienes hoy posan de antiimperialistas.
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