viernes, 6 de mayo de 2011

LOS MONTONEROS DE SU MAJESTAD

DOBLE JUEGO EN LOS 70

Dra. Zulma Escobar Gorocito

Que la hábil diplomacia inglesa manejó a gusto y paladar la política argentina desde sus albores y desde antes de la revolución de mayo, no es ninguna novedad. Como tampoco es novedad, el doble juego que realiza, asegurando así su triunfo, apoyando a uno y otro bando, quitando el apoyo a otros, pero siempre bajo una aparente neutralidad. Aunque es cierto que no hubieran podido hacerlo sin la complicidad de los personeros locales, grandes hombres, muchos de los cuales figuran como "próceres" y tienen calles, museos, escuelas con su nombre, son eso los próceres de la antipatria, Rivadavia, el adelantado ilustrado que con la premisa de "la utilidad de endeudarse" contrajo el primer vergonzoso empréstito, o quienes aseguraban estar orgullosos de sentirse una colonia del imperio.
Y la década del 70 no fue la excepción. Claro que aquí hay que hacer una aclaración: hay que separar aquellos hombres de las Fuerzas Armadas quienes heroicamente defendieron el orden y la Nación misma; de los Jefes de Estado Mayor, que en compañía de esos personeros útiles Martinez de Hoz, Klein, Cavallo, defendieron los intereses del Poder Internacional. Y veáse la semejanza con Rivadavia, la deuda externa creció estrepitosamente, siendo garante de las obligaciones el mismo Estado, incluso de la misma deuda externa privada, que luego Cavallo la estatizó, y en los 90, él mismo la pagaría con la venta de las joyas de la abuela, luego de la lamentable y vergonzosa Reforma del Estado, aplaudida por los Krichner. O los Klein, cuyos estudios fueron allanados luego por la Justicia (quizás por única vez se comportó como independiente, pero demasiada lenta para ser Justicia), asesoraban al gobierno nacional y representaban a los prestamistas.
Mientras tanto, volviendo a 70, los jóvenes idealistas se obnubilaron, con la falsa hazaña de Castro, el mito del Che, y la nefasta lucha de clases, de tal forma que quisieron imponer por la fuerza ese sistema; pero solo consiguieron derramar sangre argentina por nada. Y esa si fue sangre inocente.
Mucha tinta ha corrido sobre los orígenes de los distintos sectores, las distintas variantes del comunismo que quisieron imponer por la fuerza (hoy defensores de la democracia). Pero ningún grupo político, militar, o para militar que opere en el orden internacional puede crecer sin el pleno consentimiento de ese mismo Poder Internacional, que directa o indirectamente, por la paz o por la guerra, los beneficie (ONU, Banco Mundial, FMI o la también romántica Green Peace, y hasta me atrevería mencionar organizaciones terroristas como las que buscan controlar las minas de oro en los países de África Occidental, como Sierra Leona).
Sin entrar en la discusión peronista, antiperonista, que no viene al caso porque ese movimiento feneció y su líder está muerto; rescatándose parte de la Doctrina, su obra lo bueno y lo malo queda en la historia quizás solo como intento fallido de establecer un país fuera del rol asignado por la División Internacional del Trabajo para convertirlo en uno industrializado y tecnológico. Era un secreto a voces que el imperio británico quería poner fin a las veleidades y doble discurso del autodenominado "león herbívoro" quien en 1964 advertía que Winstón Churchill celebró su caída ante la Cámara de los Comunes comparandola como la victoria en la Segunda Guerra Mundial, diciendo que no se le daría tregua hasta el fin de los días.
Pero para acabar con todo lo que Perón significaba para gran parte de la gente y fundamentalmente, cualquier atisbo de desarrollo independiente, era menester crear una guerra civil, para apagar cualquier intento de revolución nacional. Un enfrentamiento entre argentinos. Y ahí fue útil, la izquierda castrista, como carne de cañón, que en pleno movimiento expansivo luego de la "gran victoria cubana" penetraba en todos los sectores de la población. Desde los claustros universitarios, a las iglesias, desde los barrios elegantes a las villas. Cualquier lugar podía ser un puesto de combate contra "el imperialismo".
Por eso, no me sorprendió descubrir en una trascripción de una conferencia de Julio C. González, con motivo de la celebración de mayo de 1983, una serie de hechos que quizás pasaron desapercibidos, como el informe de Lord Franks preparado para el Parlamento Británico por el Consejo de la Corona que decía textualmente "Enero 22, 1976: Los comandantes argentinos son contrarios a aprobar cualquier medida militar susceptible de facilitar el mantenimiento en el poder del régimen de la Señora de Perón. Si bien es posible que se establezca una corta tregua, es previsible la toma de nuevas medidas (por parte del Gobierno Peronista) contra los intereses británicos bajo forma de un aumento de presión hostil, tanto política como económica". Hecho publicado por el diario "La Nación" el 2 de abril de 1.983. Una de las puntas estaba asegurada en 1.976, la complicidad de los jerarcas militares.
Pero del otro lado, también hay un hecho clave, el diario la Nación publicó lo referente a lo acaecido el 10 de abril de 1.974. Un diplomático británico de nombre Micke Jhon Bishop fue detenido al intentar introducir al país un contrabando de armas, interviniendo la Justicia Federal en lo Criminal y Correccional. En el contrabando secuestrado por Prefectura consistía de varios bultos que contenían 17.500 proyectiles calibre 9 mm., munición de guerra, acondicionada en cajas y utilizable para pistola, fusil y ametralladora, que fueron desembarcados del rompehielos "Endurance". El Diplomático quedó en libertad, las explicaciones de la Corona fueron que "Lamentaban no haber cumplido con los trámites que hubiera debido realizar en el caso ante nuestra Cancillería". No se conocieron las explicaciones, ni la actitud del Ministro de Relaciones Exteriores. Además siguieron otros dos descubrimientos, publicados por el diario "Mayoría" él de otro buque inglés, y el tercero de una aeronave de la British Caledornian. Nos preguntamos cuantos embarques mas no se habrán descubierto... Dichos pertrechos y cargamentos estaban destinados a las organizaciones castristas que actuaban en nuestro territorio especialmente los Montoneros. La segunda punta estaba asegurada, complicidad de los jerarcas terroristas.
Así se desataría la terrible guerra civil pronosticada y planificada por los estrategas desde el hemisferio norte. Es para aplaudir. Después, con la excusa de los muertos que ocasionara esa guerra se destruiría a esas Fuerzas Armadas que combatieron contra un enemigo interior alimentado también por el Imperio e hicieron frente a los que les armaron la mano justamente en Malvinas .
Cabe recordar, que ese rompehielos de la Marina británica, visitó nuestro país en marzo de 2.006, (gobierno K) y fue considerado, por la prensa intencionada, un gran paso para las relaciones bilaterales entre los países, ya que fue el primer buque que llegó a nuestros puertos después de la guerra, permaneció veinte días por reparaciones en la base naval de Puerto Belgrano. Hicieron una ofrenda a los soldados caídos en Malvinas. Fue ese barquito, uno de los lugares donde estuvieron los prisioneros de guerra argentina. Otra humillación para los patriotas y para nuestros queridos muertos, y una muestra mas de cinismo de los reblandecidos Montoneros gobernantes: hoy como en los 70, amanuenses del Imperio,
Y si todo esto fuera poco, cuando el gobierno de Krichner anunció a bombos y platillos el pago de la deuda externa, y la "liberación económica"; las Madres de Plaza de Mayo estuvieron celebrándolo. ¿No era que sus hijos murieron por combatir el imperialismo y el capitalismo? ¿No era que sus hijos proponían un sistema de igualdad social? Esa deuda se pagó con la vida de sus hijos y la vida de muchos argentinos marginados del sistema. Ellos no viajan a Francia y el Estado les paga miles de dólares, por hacer no se qué. Ellos no tienen pañuelos en la cabeza, pero tampoco calzados, ropa, ni comida, ni salud, ni educación, ni derechos humanos. Pero hacen número para votar y mantener la democracia híbrida e inorgánica y planificada desde Poder Internacional. En fin, una democracia con dependencia servil a los poderes mundiales sin justicia social. Una democracia para una Nación entregada y sin soberanía.

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