Por:Edgardo Atilio Moreno
Fuerza Patriótica es un pequeño partido municipal que adhiere expresamente a todos los postulados y objetivos del nacionalismo argentino. En reiteradas oportunidades su conducción proclamó la necesidad de nacionalizar el Estado –al servicio del Poder Mundial desde la derrota de Caseros-, romper con la Usura Internacional, e instaurar una Republica Orgánica.
Sin embargo, y a pesar de ello, de tanto en tanto sus militantes se tropiezan con personas que critican la metodología del partido político y se niegan a acompañar ese accionar argumentando estar en contra del Sistema.
Que no quieran integrarse a un partido nacionalista y prefieran realizar otra actividad para la cual tienen mayor vocación es totalmente entendible; pero que insinúen que Fuerza Patriótica convalida al Sistema es un sayo que a estos hombres no les cabe.
Un partido político no implica necesariamente el reconocimiento del Sistema o Régimen de dominación imperante, e inclusive puede ser una herramienta más para hacer la revolución que acabe con él. En ese sentido poco importa si ese cambio se hace desde dentro mismo del propio Sistema.
Por otro lado, el absoluto rechazo a constituir un partido político manifiesta en muchos casos un rechazo implícito, o al menos un desagrado visceral, por la política practica y concreta.
Esa actitud es una de las razones por las que el nacionalismo hasta el momento no pudo convertirse en una fuerza política gravitante en el país, y terminó por cederles todos los espacios a los enemigos de la Patria.
No hay dudas que hogaño la casi totalidad de los partidos sirven al Poder Mundial y a la subversión anticristiana; sin embargo no lo hacen por el solo hecho de ser partidos políticos, pues su carácter instrumental no los hace ser buenos o malos en si; sino por que están consubstanciados con la filosofía y la ideología del Sistema.
Y eh aquí la distinción fundamental. Justamente lo que hace de Fuerza Patriótica un partido anti-sistema es que tiene un discurso filosófico e ideológico antagónico al mismo. Es decir, encara la labor política con un enfoque antropológico y axiológico distinto al resto de los partidos; por ende su concepción de la sociedad, del estado, de la economía, de la justicia, etc. es diametralmente opuesta a la del Sistema.
Tener en cuenta esto es muy importante a la hora de determinar si un partido es nacionalista o no lo es.
Los nacionalistas que pretendan hacer política no pueden tener solo un discurso político-práctico, es decir sobre cuestiones coyunturales, como hacen los partidos del Sistema; deben además sostener en forma expresa un discurso filosófico e ideológico anclado en la sana doctrina y opuesto a los proyectos iluministas pergeñados por Poder Mundial.
Indudablemente que a un partido le incumbe mas que nada la elaboración de un programa político-practico, y si pone demasiado énfasis en lo filosófico e ideológico su discurso puede tornarse demasiado abstracto y difícil de comprender para el hombre común. Sin embargo, como al nacionalismo le interesa primordialmente cambiar el Sistema o Régimen de dominación, un partido nacionalista no puede soslayar estos aspectos pues inmediatamente dejaría de serlo y pasaría a ser un partido más del Régimen.
En este marco lo mas conveniente seria la conformación de un Movimiento, de carácter político y no meramente cultural, que difunda los principios doctrinales, defina una estrategia destinada a construir un poder nacional, y nuclee a los diversos instrumentos políticos –entre estos aquellos de carácter electoral- a los que les corresponde específicamente la elaboración de las propuestas practicas y concretas derivadas de los principios.
Fuerza Patriótica es conciente de las tremendas dificultades que entraña la lucha dentro del Sistema; pero también tiene en claro que es necesario pasar de un nacionalismo meramente doctrinario a un nacionalismo político, y de que no existe dogma alguno que vede la posibilidad de conformar un partido político; ello atento a que estamos en un terreno meramente prudencial.
Y quede en claro que no estamos afirmando aquí que la única opción sea la de conformar un partido político -muchos buenos camarada cumplen una labor inestimable desde la soledad o en otro tipo de organizaciones-, lo que queremos señalar es que no se puede, en nombre de la pureza doctrinal y la incontaminación, rechazar la posibilidad de tener un partido político leal a la Patria que sirva para conformar esa masa critica y ejemplar de ciudadanos que marquen el camino del resurgimiento de la nación argentina.
Por ello, si realmente queremos que el nacionalismo este presente en la arena política del país no podemos descartar la posibilidad de contar con una herramienta política que nos permita difundir nuestras propuestas de orden práctico, conquistar las voluntades, e influir en el rumbo de los acontecimientos; sobretodo cuando esa es la única forma legal admitida para llegar al poder, y en los hechos esta metodología al menos sirve para evitar el desaliento, la dispersión, y la inacción.
De lo contrario, es decir de persistir con los procedimientos anacrónicos, dogmáticos y sectarios que han llevado al nacionalismo al borde de la extinción, los argentinos habremos perdido definitivamente la oportunidad de volver a ser una Nación.
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