AFIRMAMOS: Que los intereses de la Nación Argentina están por encima de los intereses de los individuos y grupos que la conforman. Que la felicidad del pueblo solo se logra con la grandeza de la Nación. Que el logro del Bien Común y la defensa de los intereses nacionales son el motor de la vida política. Que el Estado es el órgano fundamental para procurar dichos objetivos. Que el primer objetivo es nacionalizar el Estado, pues el mismo se encuentra actualmente subordinado al Poder Internacional del Dinero y a diversos organismos supranacionales. Que la reconstrucción del Estado pasa por recuperar la capacidad de autodeterminación nacional, al mismo tiempo que por modificar el sistema de representación política, asegurando la participación de los cuerpos intermedios y el sano federalismo. Que es necesario construir una democracia orgánica, en la que el ciudadano participe en la vida politica desde los cuerpos intermedios, y no una democracia meramente adjetiva en la que el monopolio de la representatividad la tengan los partidos políticos y la participación solo ocurra el día de los comicios. Que la economía debe subordinarse a la política y por ende toda política económica debe contribuir a la grandeza de la Nación y al logro del Bien Común. Para ello reclamamos la aplicación practica de los principios de Justicia que enuncian las Encíclicas sociales de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. PROCLAMAMOS: la necesidad de la unión nacional, en pos de la empresa en común y en fidelidad a nuestro legado historico. Que la dimensión integral del hombre debe ser tenida en cuenta permanentemente al procurar el Bien Común, procurando crear las condiciones necesarias para que este alcance sus fines trascendentes. Es en la riqueza de nuestra tradición y de nuestra identidad cultural en donde encontramos el rumbo certero para la nación y para todos los argentinos.También, nuestro rechazo a los modelos culturales anticristianos que intentan imponer a escala universal los poderes mundiales vigente. Expresamente a toda propuesta que incite al hedonismo y al consumismo, al individualismo y a la perdida del espíritu solidario, a la masificacion y a la degradación personal o social. Con la fe puesta en Dios, fuente de toda razón y justicia, y el compromiso con los intereses permanentes de la patria y del pueblo argentino, establecemos los principios enunciados como marco irrenunciable de la acción política a desarrollar.
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