Movilización Nacional Necesaria.
Tenemos plena conciencia que nuestra crisis nacional es gravísima, cada día mas comprometedora. En efecto: la Patria esta siendo entregada a retazos por los ocupantes de la Casa Rosada; no solo contrariando las profundas esencias históricas que caracterizan nuestro ser nacional, sino también el destino futuro como país católico y soberano que debiéramos asumir en Hispanoamérica, por designo de la providencia.
Veámoslo a continuación en síntesis extrema:
1) Internacionalmente rendidos en el Atlántico Sur, frente a Chile y a su aliada Inglaterra; y ahora desintegrados y sin reaccionar ante los logros expansionistas de un Brasil armado hasta los dientes.
2) Económicamente quebrados, a merced del FMI y de los bancos acreedores de todo el mundo.
3) Políticamente favoreciendo (con hipocresía) el pacifismo salvador para Cuba y Nicaragua; pero sometidos al mismo tiempo a los caprichos sinárquicos mundialistas de la ONU, de la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
4) Culturalmente corrompidos por el libre destape en nombre de una democracia pornográfica, y con amenazas de suprimir por órdenes secretas de la Sinagoga la tradicional educación católica en las escuelas y universidades privadas.
5) Finalmente, la familia argentina en crisis – según se anuncia- será atacada con la próxima ley de divorcio vincular que a todo trapo impulsa la masonería dominante en las esferas oficiales (habida cuenta del generalizado trafico infame de drogas que engendra, en gran escala, la creciente delincuencia juvenil: un tremendo azote de nuestras ciudades en inerves poblaciones aledañas). Que tal?
Y bien, nos preguntamos ahora: ¿Se repetirá lo sucedido 150 años atrás en este país – en plena guerra civil de unitarios y federales – ya que aparecen los mismos síntomas explosivos de odios inextinguibles en esta peligrosa encrucijada social en que nos hallamos? Conviene recordarlo puntualmente hoy, transcribiendo unos párrafos del lucido diagnostico político que, a la sazón, don Juan Manuel de Rosas escribió con fecha 20 de diciembre de 1834, en su famosa carta de la Hacienda de Figueroa, cuyo destinatario Juan Facundo Quiroga llevaba consigo al partir hacia Tucuman y Salta, de donde nunca regresaría con vida…
He aquí lo que el Restaurador de las Leyes expresa, sin pelos en la pluma, al celebre “Tigre de los Llanos” en dicha memorable ocasión: “…obsérvese – reza un párrafo de aquella notable carta histórica – que el haber predominado en el país una facción que se hacia la sorda al grito de esta necesidad (se refiere Rosas al unitarismo, declarado enemigo a muerte del Pacto Federal de 1831, luego del fusilamiento de Dorrego) ha destruido y aniquilado los medios y recursos que teníamos para proveer a ella, porque ha irritado los ánimos, descarriado las opiniones, puesto en choque los intereses particulares, propagado la inmoralidad y la intriga y fraccionado en bandos de tal modo la sociedad que no ha dejado casi reliquia de ningún vinculo, extendiéndose su furor a romper hasta el mas sagrado de todos , y el único que podrá servir para reestablecer los demás, cual es la Religión, y que en este lastimoso estado es preciso crearlo todo de nuevo, trabajando primero en pequeño, y por fracciones, para entablar después un sistema general que lo abrace todo…”
¡Que profunda visión del porvenir, la de don Juan Manuel en 1834! ¡Que tremenda actualidad tiene hoy su juicio a 153 años de pronunciado por Rosas!
Si, “es preciso crearlo todo de nuevo, trabajando primero en pequeño y por fracciones, para entablar después un sistema general que lo abrace todo…” Tal debe ser, sin jamás bajar la guardia, la tarea militante en política de las nuevas generaciones católicas y nacionalistas argentinas de aquí en mas. Trabajar solidariamente todos y cada uno de nosotros, luchando fuerte por la restauración en Cristo Rey de nuestra, sufrida y prostituida Patria histórica, a punto hoy de desaparecer como tal del concierto civilizado de las naciones.
Reaccionad pues a tiempo jóvenes argentinos patriotas, a fin de desbaratar los siniestros planes anti católicos y anti nacionales de la facciosa UCR alfonsinista. Y preparaos desde ahora para que ello se impida antes que sea demasiado tarde: “a Dios rogando y con el mazo dando”.
Federico Ibarguren
Tomado de: Patria Argentina Nº 7, correspondiente a mayo de 1987.
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