sábado, 7 de enero de 2012

ENTRE LA HIPOCRESÍA, LA SOBERBIA Y LA MENTIRA

Por Luis Razzolini

Sin duda que este gobierno pasará a la historia no por sus méritos, si es que tiene alguno, pero sí por ser el más hipócrita, soberbio y mentiroso.
La señora presidente, y no presidenta como muchos suelen llamarla atacando nuestro idioma, porque a ella le gusta así; ha hecho un abuso extraordinario de sus apariciones por la cadena nacional utilizándola como un medio para hacer política partidaria, y para anunciar la inauguración de obras, algunas de las cuales, como en el caso de Atucha tienen más de siete inauguraciones; o como el nuevo hangar de Aerolíneas, que se trataba de un viejo edificio donde funcionaba la Firma CATA, que fue maquillado para que pareciera que se trataba de una obra nueva; y así dar la impresión que se da buen destino a los recursos del Estado.
La soberbia de esta señora, que se permite dar clases de economía a otros mandatarios, la lleva al desenfado de decir a través de los medios que su gobierno es el mejor de los últimos 200 años, ignorando que si lo dice quien lo ejerce, seguramente sea el peor de la historia. Nadie verdaderamente grande en el desempeño de alguna actividad o disciplina necesita autopromocionarse, no lo hacían ni Fangio ni Favaloro por nombrar algunos, el reconocimiento se lo daban los otros.
En los discursos con que nos agobia, habla de los logros conseguidos por su gobierno, especialmente en el campo económico, pintándonos el panorama de tal manera que pensemos que gracias a su gestión vivimos en un país de maravillas.
Nos abruma con estadísticas que dan cuenta de estos avances, pero nada de lo que dice es comprobable; es más, conociendo de quien vienen no hay dudas que son exageradas o simplemente mentirosas, prueba de ello es que al día siguiente de expresarlas pide al Congreso que mantenga la ley de emergencia económica dictada en el gobierno de Duhalde entre el 2002 y el 2003, para enfrentar a la crisis que vivía el país en ese entonces, como el impuesto al cheque aplicado por única vez y que después de casi diez años se mantiene, lo mismo que las retenciones.
De todo esto no pueden echarle la culpa al gobierno anterior por que ya llevan 8 años en el mismo, pero como su modelo está levantado sobre la base de la dádiva para conseguir el clientelismo político necesitan recaudar para seguir engañando a la gente.
Hoy el propio gobierno reconoce el engaño que venía haciendo a través de los subsidios para crear en la gente la ilusión de una economía estable en donde los servicios como electricidad, gas, transporte y otros eran baratos, y se ve en la necesidad de recortarlos apelando a la sensibilidad de los que tienen más para que renuncien a los mismos.
Así aparece una pléyade de personajes haciendo público su renunciamiento a los subsidios, lo cual equivale a hacer pública su hipocresía, pues al no pertenecer al sector de la gente de menores recursos, el gobierno se los quitará igualmente. Y así aparece la actriz devenida en militante de izquierda, Soledad Silveira, el panqueque de Hugo Morales, Lito Cruz y muchos otros obsecuentes, incluyendo entre ellos al señor Héctor Larrea, de quien realmente sentí pena que apareciera entre estos. Se me cayó un ídolo.
Por otro lado, a la vez que pide el renunciamiento de los subsidios, la presidente se despacha entregando 200 millones más para el futbol para todos, así es de contradictorio este gobierno.
Por todo esto, y ya que estamos en tren de hacer renunciamiento, quiero participarlos de este modelo de renuncia a subsidios que me llegara vía mail:
Renuncio a seguir pagando subsidios a:
1) Aerolíneas Argentinas y otras empresas aéreas Estatales
2) La AFA y futbol para todos
3) Programas de televisión oficialistas en medios Estatales
4) Al cine llamado testimonial que falsea la verdadera historia
5) A los artistas devenidos en alcahuetes del poder de turno
6) A los Diputados y Senadores y sus dietas obscenas
7) A Organizaciones de Derechos Humanos (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y todos sus negocios)
8) A los transportistas que no quieren competencia salvo vivir de los subsidios
9) A los empresarios amigos del poder que viven a costa de barreras aduaneras.
                                                                                                           

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